Orientación educativa; el cyberbullying

Cotilleando en los distintos blogs que hay colgadas en la entrada de Orientación Educativa, di con una sección del blog de la orientadora Susana Vila. Este tiene una gran cantidad de artículos y entradas relacionados con la labor docente, no tanto desde un punto de vista académico, sino pedagógico y psicológico.

 

Llegué, no sé cómo, a una publicación concreta de 2015 que me marcó por lo importante de su contenido. Ese post habla del cyberbullying, el clásico acoso trasladado al mundo virtual, el bullying por internet. 

Este nuevo modo de violencia online se está estipulando como la vía más común para inculcar daño por parte de los ‘bullies’ a sus víctimas. No obstante, es mucho más peligroso que el acoso escolar “tradicional”, debido a que el acoso de toda la vida quedaba en el colegio, y en el momento que llegabas a casa, “descansabas”. No obstante, al darse también por los nuevos medios de comunicación, el acoso es continuo. Además, es muy difícil de detectar, ya que únicamente hay dos personajes en la función, el acosador y la víctima; no hay ninguna clase de testigos o espectadores.

 

La publicación de Susana añadía un vídeo de YouTube que trata el tema del cyberbullying. De forma muy breve (el video dura menos de tres minutos), se hace un repaso rápido de lo que supone esta forma de acoso. Es rápido e instantáneo, ya hemos visto que se hace por cualquier medio de comunicación online y de forma inmediata; es prolongado en el tiempo más allá del horario escolar; todo lo dañino que se manda a la víctima (fotos, videos, mensajes…) puede reenviarse a más personas, agravando aún más la situación de acoso…

 

Lanza una serie de tips que es importante transmitir al alumnado siempre que se vea en esta situación, o conozca a alguien que la padece. Lo primero de todo es intentar superar el miedo y contárselo a alguien. Siempre es importante pedir ayuda a nuestras familias, amigos o tutores, pues van a echarnos siempre una mano. La segunda idea que hay que lograr meterles en la cabeza es, quizá, la más complicada. Siempre se debe mantener la cabeza fría, mantener la calma y no responder nunca a las provocaciones; además, de todo lo que nos llegue es importante y crucial guardarlo como prueba, sacando capturas o descargando los archivos y mensajes pertinentes. Y por supuesto, si se es testigo de este tipo de violencia, hay que comentarlo.

 

Tanto para las familias como para el profesorado es importante tener unas líneas de actuación que ayuden a las víctimas a salir de este apuro. Hay que enseñar a empatizar con los demás, hablando de las actividades online y haciéndoles ver la diferencia entre lo divertido y lo cruel.

 

Queriendo ampliar un poco más la información de un tema que considero crucial como profesores en ciernes que somos, el prevenir el acoso que, por desgracia, vamos a tener que enfrentar, he seguido buscando recursos en internet y desarrollado una serie de señales indicadoras de que una persona puede estar sufriendo cyberbullying, así como algún consejo más sobre cómo abordarlo y prevenirlo.

 

Señales:

  • Aumento o disminución rápida y notable en el uso del dispositivo, inclusive la mensajería.
  • El niño muestra respuestas emocionales (risa, enojo, disgusto) a lo que ocurre en su dispositivo.
  • El niño oculta su pantalla o dispositivo cuando otras personas están cerca y evita hablar sobre lo que está haciendo con su dispositivo.
  • Las cuentas en redes sociales están cerradas o aparecen nuevas.
  • El niño comienza a evitar situaciones sociales, incluso aquellas que disfrutaba anteriormente.
  • El niño se vuelve retraído o se deprime, o bien pierde el interés en las personas y actividades.

 

Consejos:

  • Hablar con la persona que se cree sufre ciberacoso, preguntarle y ver si existen evidencias de ello en los dispositivos digitales.
  • Hablar con alguno de sus padres y actuar como moderador entre el niño, la familia y la escuela.
  • Para comprender el comportamiento digital de los niños y cómo se relaciona con el ciberacoso, aumentar su concientización digital.
  • Desarrollar actividades que alienten la reflexión propia, pidiendo al alumnado que identifiquen y expresen lo que piensan y sienten, y que consideren los pensamientos y sentimientos de otros. Esto ayuda a los niños a desarrollar su inteligencia emocional para que puedan aprender habilidades de conciencia y regulación propias y cómo ser empáticos con otros.
  • Intentar ser un modelo a seguir.
  • Alentar la participación con los demás docentes en las estrategias de prevención.

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