O Pelouro

Formalmente podría decirse que se trata de un centro de innovación pedagógica e integración ubicado en Caldelas de Tuy (Pontevedra).

Comenzó a dar sus primeros pasos en el curso escolar 1972-1973 de la mano de sus dos creadores: Teresa Ubeira Santoro y Juan Rodríguez de Llauder, quienes trataron, a través de la conjunción de los enfoques pedagógico y psiquiátrico, de los que proceden respectivamente, crear un proyecto sin parangón en el panorama educativo de nuestro país.

Ellos son los que hacen que no pueda entenderse esta experiencia de otra manera, son algo más que los fundadores, son el motor que genera la intención última de todo lo que allí acontece, de forma que es difícil concebir toda la magnitud de O Pelouro sin su presencia intencional.

Este centro se asienta sobre un planteamiento general: la filosofía del Pelouro (Molina García, 1997), que nace fundamentalmente de una concepción unitaria de «niño» y de una dedicación y entrega total a la infancia. Esta forma particular de ver la educación se traslada a la acción en forma de principios pedagógicos relativos a concepciones muy concretas de la infancia como período vital óptimo para la vivencia de experiencias constructoras de la personalidad, de la enseñanza-aprendizaje como proceso paidocéntrico, o la socialización a través de la integración.

En la sesión de hoy vimos un vídeo grabado en esta escuela gallega O Pelouro, que de forma breve pero intensa nos permitió observar el trabajo diario dentro de esta atípica escuela. Me llamó la atención especialmente el testimonio de un padre que se manifestaba feliz, y visiblemente emocionado porque sus hijas sean felices al regresar a casa desde esta escuela.

Es un centro adaptado a su entorno y que trabaja con unos principios de motivación y de escuela inclusiva. En la actualidad es un centro concertado en el que conviven un centenar de niños y niñas de todas las edades entre los que hay autistas, superdotados, con síndrome de Down y con diversidades. Están escolarizados desde educación infantil hasta secundaria, incluyendo Formación Profesional y un centro de empleo para los mayores de edad -Pelouro Axeito- levantado por los propios alumnos sobre las ruinas de una antigua abadía que forma parte de un núcleo de turismo rural que estos mismos gestionan.

 

En O Pelouro alumnas y alumnos pueden trabajar con libertad y además aprender de forma práctica. La comunidad dentro de la escuela y la implicación de las familias en el entorno escolar es innegable.

El vídeo, sin duda, supone una ruptura con la idea de escuela -entendida de forma tradicional-. Además, como hemos dicho, la convivencia entre alumnos diversos supone una experiencia enriquecedora a todos los niveles para los alumnos. Se respira en sus aulas un clima de tolerancia y respeto hacia los demás, pero también hacia el entorno.

Las aulas también son diferentes, en ellas encontramos materiales y zonas espaciosas donde los estudiantes puedan desarrollar su actividad diaria basada en el trabajo experiencial y la creatividad, donde los alumnos no solo aprenden conceptos, también aprenden sobre la naturaleza o por ejemplo en las tareas diarias como la cocina.

Es increíble observar en estos niños una tremenda capacidad crítica y empatía, además aprenden a desarrollar ideas a partir de diferentes conceptos.

Por último, destaco el momento de otro de los vídeos proyectados, el más actual, donde un periodista pregunta a uno de los alumnos sobre la tarea que está llevando a cabo y este responde que es un mapa conceptual sobre el huerto, a lo que el periodista, con cara de póker y pocas palabras, apenas puede preguntar: ¿y eso que es?

Me ha parecido muy interesante conocer este centro, que no conocía anteriormente y que sin duda me ha fascinado.

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