Un tutor de 10

Un tutor debe tener unas características personales concretas que le permitan desarrollar su máximo potencial como docente y tutor, así como poder llegar más a la gente que se debe, ya sea con otros profesores, con las familias o, como no, con los alumnos.

 

Para con otros profesores, un tutor debería ser una persona confidente, cercana, que muestre seguridad en sus compañeros para que se pueda establecer vínculos y comunicaciones y favorecer la realización de actividades conjuntas o el obtener información acerca de los alumnos.

Con las familias debería mostrarse como una persona segura y recta, pero sin dar aires de déspota, sino todo lo contrario. Firme a su manera de dar clases, pero que se vea un carácter flexible para poder adaptarse a las distintas situaciones; esto es lo que suelen demandar las familias, una persona respetable pero que sepa escuchar.

 

Para con los alumnos, debe ser una persona dinámica y que sepa hacer las clases diferentes y atractivas. Con ello se crea un carisma que le hace ganarse la confianza y el respeto del alumnado, siempre que se muestre equitativo con los chavales (y que ellos vean que lo es). Tiene que ser justo, a la par que benévolo, y mostrar interés por los alumnos y las clases que les imparte.

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Comentarios

Leticia
hace 2 años

Hola, Guillermo.
Después de leer esta entrada me entra la curiosidad... ¿Te gustaría ser tutor? ¿Te dan más "miedo" los alumnos o los padres?
Un saludo